Cargamos nuestra fiel Isuzu, con todos los materiales y herramientas y partimos el viernes por la tarde. Por el Maruchito y en Aguada tuvimos que reacomodar la pesada carga. Los caminos bastante transitables, para toda la lluvia que los había cortado e inundado.
En la mañana temprano descargamos las camionetas y enseguida nos pusimos a trabajar
Seguimos adelante con la obra de refacción de la casa, tiramos la pared rajada.
Comenzamos a soldar todos los montantes, con las columnas que se habían colocado en el primer viaje.
Mientras nosotros trabajabamos, la naturaleza nos regaló un primer pimpollo de rosa
Y la huerta nos dió unos riquisimos rabanitos para la ensalada'.
Muy buen trabajo, aunque lo mejor fue el compartir del grupo.
Para el final, como ya es una tradición, un tornillo en una cubierta de la Isuzu, le puso una nota más de color.
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