30/4/14

Elio Campos: Marianista Antártico

Queridos amigos!!!!  
Quiero escribirles unas  líneas para contarles un poco de mi experiencia en la Antártida y como lo estoy viviendo.
Los primeros días de noviembre,  a bordo de un Hércules, llegamos a la Base Marambio. La sensación es algo indescriptible tanto por el paisaje, por lo que significa estar acá, la distancia y lo inhóspito.
El recibimiento estaba  lleno de alegría y lagrimas. Para nosotros sería el comienzo; para los anfitriones era el regreso a casa Ese día se realizo una formación donde se transferían los mandos formalmente y se realizaron entregas de presentes al personal saliente. Al día siguiente  organice mi primera celebración donde participaron unas 8 personas de las 80 que estábamos en la base. Los agradecimientos del personal que finalizaba su campaña fueron muy emotivos y mis nervios eran intensos.
La base tiene un belleza muy particular. Esta compuesta por unos 9 galpones pintados de naranja, separados entre 50 y 100 mts entre sí pero unidos por pasarelas. Todo instalado sobre permafrost,  que es "tierra congelada".
El mar cargado de témpanos... o, para una mejor descripción, "islas de hielo" que viajan lentamente cambiando el paisaje en forma asombrosa,  recreando nuevas imágenes,  minuto a minuto, con colores que transmiten un paz especial.
Ahora bien "no todo lo que brilla es oro". Y el Hércules parte llevándose a 40 personas. Los sentimientos afloran y la sensación de soledad en este lugar es inevitable.
La adaptación al lugar no me fue fácil  ya que todo esto, inevitablemente, cambia a las personas y yo no soy la excepción. Cada persona que vino trajo consigo un carga distinta y viene con distintas intenciones. El organizar, contener , conducir y la convivencia  me trajeron  sin- sabores muy tristes. Las miserias humanas afloran en lo inmediato y el no poder revertir esta situación me hizo caer, en los primeros meses, en un deseo muy fuerte de regresar. Claudia, mi apoyo incondicional , me fue sosteniendo en esos momentos de tanta tristeza. Las picardías desaparecieron; la sonrisa ya no estaba; el paisaje hermoso no era suficiente. Me sorprendió mucho la  conducta humana. Espero poder narrarles algún día detalladamente en que consisten  estos hechos. Hoy, con el afecto  de  Claudia, de los chicos, de mi familia y mis amigos fui superando poco a poco todos estos obstáculos. En la medida que pasa el tiempo descubro gente y me descubro  generando afinidades, donde compartimos momentos con la guitarra o de profundización.
Muchos  me  preguntan en que consiste mi trabajo. Yo soy Encargado de Base,  y me ocupo del control de todas las actividades de la Base,  gerenciando al personal, (como una especie de gerente de hotel), controlando el mantenimiento de la Base (que es todo un capítulo, porque aquí todo se rompe seguido por el frío), distribuyendo las tareas, mediando en los conflictos entre el personal, administrando los recursos y la atención a los científicos en su estadía. Llegamos  a estar, por varias semanas, unas 220 personas. En esas semanas  no hubo mucho tiempo para ponerse triste ni melancólico, ya que desde las 7 hasta las 24 h, uno se tiene que mover,... y mucho. Organizar eventos, tratar de satisfacer todos  los requerimientos, que muchas veces son insólitos. Pero también trae muchas cosas lindas, como los agradecimientos por la atención  y conocer gente admirable de la ciencia que no salen en revistas ni por TV y que hacen un trabajo espectacular.
En estos días cumplimos 6 meses de estadía y todo el mundo habla que ahora viene lo mas complicado: “la invernada”.  Solo nos quedamos unas 45 personas aproximadamente. Estaremos encerrados por las temperaturas extremas. Y es un gran interrogante qué es lo que cambia en la gente o en uno. No estoy preocupando por la temperaturas, si no por la convivencia.
Hay muchas cosas que se hacen que ya les contaré personalmente a cada uno de ustedes pero esta pequeña reseña es para que se formen una vaga idea de lo que estoy viviendo. Los  extraño y les agradezco por cada gesto que de una u otra manera me hacen llegar.
Un fuerte abrazo a cada uno. 
Elio
Al que conocen como el Eco Bravo de Marambio

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