Queridas hermanas y hermanos:
Con
gran alegría y felicidad nos dirigimos a ustedes para presentarles las nuevas
Líneas Pastorales Parroquiales 2013 -2018, primer fruto tangible de la bella
Asamblea Parroquial que hemos vivido en el fin de semana de Pentecostés.
Decimos primer fruto, pues hay muchos otros que ya están germinando desde el
primer momento que tomamos la decisión de hacer la asamblea, todas las
reuniones y trabajos de preparación, y sobre todo, la vivencia de dicho
acontecimiento eclesial que el Señor nos regaló. Fue justamente eso, un
acontecimiento del Espíritu, un “Pentecostés parroquial” como lo hemos llamado.
Y ustedes saben bien que los dones del Espíritu donde mejor se alojan,
germinan, crecen y dan fruto es en el corazón de los cristianos, y más aún si éstos
están reunidos y viviendo en verdadera comunión evangélica. Eso fue lo que pasó
y nos está pasando: vivimos una experiencia de comunidad extraordinaria, donde
pudimos mirar para atrás en forma humilde y agradecida, nos dejamos iluminar
por la Palabra y nos abrimos a los nuevos horizontes que con el Señor queremos
encarar. Todo en un marco de celebración muy familiar, casi “hogareña”,
seguramente por la presencia callada de nuestra Madre, la Virgen María, a cuyos
pies nos pusimos para caminar y misionar en su nombre.
El lema de la
asamblea, “buscando juntos los caminos del
Reino”, expresa bien para qué nos reunimos y qué buscábamos con tanto
esfuerzo. Alumbrar las huellas y senderos que queremos transitar de la mano del
Señor para servir a nuestros hermanos, los de todas las comunidades, barrios y
parajes, grandes y chicos, jóvenes y adultos, varones y mujeres, desde los más
pobres -empezando siempre por ellos como Jesús- hasta los que viven en forma
acomodada o más tienen. Por eso las líneas son tan ricas y podrán acompañarnos
los próximos cinco años, pues las discernimos juntos, escuchando lo que decían
las comunidades y equipos, compartiendo en las mesas de trabajo, con un oído en
la Palabra y el otro en nuestra gente. Pensamos en nosotros, pero no quisimos
quedarnos encerrados, sino salir a los demás, abrirnos a nuestro entorno y
nuestra realidad, pero con el corazón lleno de Jesús y su Reino. ¡Vivamos
juntos para salir a todos y llevarles el Evangelio!
Aquí
tienen las nuevas Líneas Pastorales Parroquiales:
1.- Construir una comunidad inclusiva, viviendo con amor
misericordioso, humilde y alegre.
2.- Intensificar
la espiritualidad marianista y
seguir con la Alianza con María.
3.- Queremos que Jesús sea el centro de nuestra vida,
siendo coherentes y testimoniando con nuestras obras la fe en Él.
4.- Seguiremos
buscando enamorarnos de Jesús, manteniendo los espacios de formación y extendiéndolos a todas las comunidades.
5.- Nos
centraremos en los jóvenes,
formándonos para convocarlos, recibirlos, acompañarlos y descubrir sus talentos
y valores.
6.- Servir y
promover a nuestros hermanos sufrientes,
escuchándolos, respetándolos y
compartiendo con ellos.
Cada
línea tiene una o dos palabras destacadas en negrita: allí está el foco de la frase y lo que la Asamblea quiso
plasmar y transmitir. Estamos convencidos que la vida cristiana es
esencialmente comunitaria, incluso social, pero no para estar simplemente cómodos
y seguros, sino para poder allí formarnos, celebrar y crecer juntos a nivel
humano y en la fe. El centro es, y siempre será, Jesús y su propuesta del Reino
de Dios. En nuestro caso, esas comunidades tienen un aire de familia, por la
presencia permanente de María, que nos reenciende cada mañana el fueguito del
hogar de Nazaret. Pero incluso ella misma nos invita a hacer alianza misionera
y salir a ofrecer a Jesús a los demás, con su estilo, en su nombre, casi siendo
sus manos en este mundo que necesita tanta ternura, cuidado y buen trato.
Por
eso varias líneas hacen referencia a la misión, al para qué vivimos en
comunidad marianista, en cualquiera de sus formas, sea la comunidad de la
capilla, el grupo joven, el grupo de matrimonios, la participación en equipos
de oración, círculos bíblicos, etc. Participamos para experimentar en nuestras
vidas y hacer carne el evangelio, saliendo a invitar a otros a recibir esa
Buena Nueva, y si es de su libre voluntad, unirse a nuestro caminar y nuestra
misión. Nosotros creemos que el evangelio tiene infinidad de caminos para ser
seguido y sus tiempos son misteriosos, por ello no hacemos “proselitismo” en nuestras
tareas de servicio y de misión (como sí lo están haciendo lamentablemente
algunos grupos católicos y la mayoría de nuestros hermanos pentecostales), pero
sí damos testimonio de la fuerza de Cristo que nos mueve a vivir y anunciar su
Reino, y que estamos abiertos y deseosos de recibir a cuantos se sientan llamados
a unirse a nosotros, como una de las formas de vida cristiana posibles que la
Iglesia les ofrece, esa que nos hace bien y felices a los que ya estamos en
ella.
No
nos atragantemos queriendo vivir todo ya, pero sí comencemos a pensar y
descubrir cómo podemos ir dando pasitos para hacer vida cada una de esas
líneas. Por eso el regalo comunitario que acompaña esta carta, para que estén
siempre a la vista en la capilla como un recuerdo, un llamado, un desafío a
seguir caminado juntos, construyendo el Reino. Un abrazo y la bendición de la
Santísima Trinidad, que nos recuerda que nuestro Dios es familia y comunidad, y
así nos creó y sólo así seremos felices de verdad
RP Javier de Aguirre
sm Consejo
Parroquial Pastoral
Párroco CoPaPas