21/4/13

Visita a la comunidad "Virgencita de la Navidad"

Son las seis treinta, ya adentrados en la meseta, a 100 km de Roca. Hoy, de la partida, Juan Carlos, Antonio y yo.
A la izquierda, en el este, ya se vislumbra una tenue claridad, es el día que empuja la noche, en Roma ya amaneció hace algunas horas, seguro Francisco rezo por nosotros....y nosotros por el.Los mates ya circularon a igual que los temas de charla, pasando de Dios y su absolutez, (un intento de comprenderla) a otros mas básicos como la física de los motores de combustión interna, los turbos e intercooler.El sol comienza a transformar la noche en día, y es una excelente imagen de la vida del hombre a la luz de la Fe. Los cerros toman su dimensión, los colores, las formas...quizá transitamos por la vida como de noche, apenas mirando desde nuestra óptica, alumbrados por las luces desarrolladas, pero mirando a corta distancia. En cambio al mirar desde la Fe, todo toma su real magnitud, su matiz textura y color.
Algo anda mal en el vehículo, la rueda trasera casi en llanta detiene nuestro camino, reacomodar la carga, 300 kg de ladrillones y 300 de leña, cambiar neumático y volver a desplazarnos por la inmensidad deshabitada, de horizontes amplios, de cielos limpios.En el cruce de Chasicó, tomamos al sur, Colán Conué a cuarenta km y 30 mas hasta a la casa de Ramona, primera estación.Nos reciben con sincera alegría, esa que surge del reencuentro esperado. Nos invitan a churrasquear...pero, son las diez de la mañana y preferimos ir a la capilla, un bautismo nos espera.

Proponemos posponer la mesa compartida para las 13.
Ya en la capilla, estábamos todos, menos el candidato al bautismo....no pudo llegar, sera otra vez.
Celebramos la palabra, cantamos juntos y comulgamos. El viaje ya estaba ampliamente justificado.
Regresamos a lo de los Torres y la churrasqueada se transformó en borrego de dos dientes, que significa de un año, asado. De beber, juguito y agua pues nuestro día y camino, aun era largo. El sentarse a escuchar, compartir la mesa es cruzar nuestras vidas, es hacer sentir al otro protagonista, es una de las formas en que Jesús nos amo.
Entregamos unos regalos de la gente de Roca(siempre hay ángeles providentes que comparten el fruto de su trabajo, con otros que en este momento necesitan) y tomamos el angosto camino vecinal hacia Mencué.
Casi noventa minutos de marcha pausada entre planicies, quebradas y mallines nos alcanzan al poblado. Suena la campana avisando que en unos minutos nos reuniríamos para celebrar. Descarga de leña, ladrillos, mates con vecinos y encuentro en la capilla. Pedimos por la Sra. Loncoman que partió de esta vida el mismo sábado santo, seguros que nos espera en la casa del Padre.  Tantas celebraciones nos acompañó.... Creo que nunca la escuche conversar, era callada, en su rostro se escribió una vida dura, su mirada profunda decía mucho, decía todo... Charlamos con la comunidad sobre los preparativos para la fiesta patronal, 1ro de mayo, y temas mas banales.
Ya es hora de partir. Pensando en nuestra hermana que no nos acompañara físicamente comenzamos el regreso. Recarga de combustible,desde los bidones para reponer gasoil y enfilar hacia el norte. La tarde esta en plenitud, fresca, llena de colores por la magia del atardecer.
Cada regreso es mágicamente único, los verdes intensos, tras las esperadas lluvias, las rocas rojizas por la luz crepuscular. Los amarillos de los mallines , cortaderas, y coirones contrastan entre si y los azules verdosos de el cielo patagónico. Sobre los riscos un águila kalquín nos mira pasar. Nuestras miradas se encuentran... se respetan. Mi pensamiento es casi contemplativo.
Lo áspero del camino me vuelve rápidamente a la concentración de conductor. Ciento ochenta km y aparece el asfalto. Ya con luna en cuarto creciente y estrellas pasamos por El Cuy. A las 21:30 se ven las luces de General Roca, en ella, otras realidades nos esperan, aunque diferentes, no por ello menos bellas.
Gracias a toda la comunidad parroquial por hacer posible estas visita y rezar por nosotros.
José Sustersic